Es la hora del día en que los que salieron temprano de la cama, caminan sin apuro por las calles, saludan a los vecinos con un Ciao! alegre, cargan bolsas de supermercado, se sientan un rato en la plaza. Son las 12 del mediodía en Levanto, y yo me tomo un café. Con libro y sándwich en mano, con ese indiscutido placer que me brinda el solo hecho de sentarme en la vereda a mirar la gente pasar. No hay otro destino que alcanzar, no hay minutos que corran. Sin lugar, sin tiempo, solo el disfrute de una tarde de pueblo que comienza. Son unos días de vacaciones en mi viaje de 6 meses – que ya termina – y no tengo pensado viajar a otro lado más que a la heladería y a la playa.
En la provincia de La Spezia, en el noroeste de Italia, Cinque Terre es una porción de costa sobre el mar de Liguria. Formada por cinco pueblos (de ahí la denominación de cinque terre) que parecen caerse al mar, enclavados en montañas, terrazas y acantilados. El paisaje es increíble y no por nada la zona fue declarada Patrimonio de la Humanidad.
Los cinco pueblos son uno más encantador que el otro. Con sus casitas de colores subiendo la montaña, la ropa colgada en las ventanas, y calles angostas que doblan, suben y se pierden entre tonadas italianas. Una mujer mira por una ventana, un bebé llora detrás de otra, un pescador levanta la pesca del día, un hombre descansa en la reposera de su balcón, otro vende helados en la Gelatería, y el panadero prepara focaccias calentitas, al tiempo que un grupo de comerciantes despliegan diseños italianos en el mercado.
Y en medio de esa confusión del día y de los miles de turistas, que viajan o que sólo turistean, zumba una mosca en la calma que solo la vida de pueblo puede dar. Entonces, un buen vino a la tarde, una cerveza fría en una mesita debajo de un árbol, la sonrisa de los chiquitos jugando en los callejones, y el silencio de las antiguas Iglesias para un clásico día en estas cinco tierras.
Pero la mejor manera de disfrutar, completamente, de las Cinque Terre, es unir los pueblos caminando, y darse un baño en una de sus escondidas playitas del camino. Algunos tramos son muy largos y pesados (por las subidas y bajadas), pero pueden combinarse con el tren. Se trata de caminatas inolvidables en un paisaje exquisito, cruzando montañas bien verdes, terrazas de viñedos, campos de Olivos, flores, moras silvestres… y siempre el mar azul hacia un costado, grande, calmo, magnífico, salpicado de veleros y barcos, de playas y rocas.
Días de lectura, helados, vino y sol en Italia. Ya despidiendo el viaje y casi pisando Argentina. Días de siesta, de calma, y de vacaciones.
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DATOS ÚTILES
– Cómo llegar: pasaje de tren Udine -Levanto, € 58,5. Levanto está a la entrada de las Cinque Terre y es el lugar ideal para alojarse, lejos de los grupos de turistas.
– Dónde dormir: Ostello Ospitalia del Mar, € 21,5 (dorm 10 camas)
– Cómo irse: tren a Milan € 19,5. Bus desde la estación central de tren al aeropuerto € 8. Avión a Dusseldord (Alemania) € 58.
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Saludos
Hola, ¿cuantos días te tomo estar en Cinque Terre? recorrer todos los pueblitos?
Marin: que 6 meses bárbaros que te pasaste, mamma mía !!!
Bienvenida a casa
Un beso, pa.
Que linda experiencia!!! Cuanto tendras para contarnos!!!
Te esperamos!!!
Besos.
sigo siguiendote…
beso