Un paseo por el Friuli

25 agosto 2010

Dicen que la región del Friuli,al noreste de Italia, es famosa por su excelente comida y su buen vino. Mi paladar, que probó ambos, puede dar fe de eso. Pero lo que más disfruté del Friuli fue mi encuentro con la familia. El primero, desde que en el siglo XIX Caterina y Oreste empezaron una historia de artistas, espías , pilotos de avión y personas que le sonrieron a la vida… y que yo conocí en fotos y cuentos que mi abuela nunca se cansó de enseñarme.

Mis días por esa rica e interesante región fueron un recorrido por esas historias y por rutas de viñedos, montañas, campos verdes y antiguas ciudades romanas. Inolvidables tardes junto con Giovanna y Aldo. Inolvidables tardes italianas.

Lusevera

Lusevera significa el alto Valle del Torre, y entre montañas, fue el origen de la familia de mi abuela. El territorio tiene un patrimonio exquisito de riqueza natural, montes y cuevas. Y no hay como visitarlo con los colores del verano. Pero también es un pueblo abandonado y dormido, que sufrió la destrucción total de sus casas en el terremoto de 1976,  así como la emigración y la dificultad que una economía de montaña, privada de soporte, puede generar en una época de industrialización. Sin embargo, Lusevera tiene un encanto que te invita a pasear por sus callecitas tranquilas y llenas de flores, para después cruzarte a Vedronza, un pueblo igual de lindo. O caminar por las montañas de la zona, uniendo diferentes pueblos, experiencia que dicen es imperdible.

Lusevera, Musi, Pers, Cesariis, Pradielis, Vedronza, Micottis y Villanova, con sus paisajes y su peculiar dialecto (de origen eslavo) son el patrimonio natural y turístico menos explotado del Friuli. Son una tarde de siesta. Un frío vino blanco en verano. Una caminata por las montañas. Un café con la familia.

Udine

Udine es una ciudad que mantiene todavía el espíritu de sus primeros años, con sus calles y plazas de edificaciones romanas antiguas, esculturas, fuentes y castillo.

Caminarla le recuerda a uno un poco a Venezia, y es una visita obligada si se anda por la provincia. Imperdible: meterse por callecitas escondidas, o espiar viejos bares en los alrededores del centro, con maquinitas de Casino, viejos amigos italianos y temática futbolera en las paredes.

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Tarcento

Fue la Perla del Friuli por muchos años, con sus paisajes de montaña y una belleza universalmente reconocida que hizo también que varios artistas la eligieran como su casa. Y aunque sobrevivió intacta a las dos guerras mundiales, el terremoto del 76’ la golpeó muy fuerte tanto en su estructura urbana como social. Hoy es un pueblo pintoresco en donde pasear unas horas, que aunque parece dormido, se mueve bastante para recuperar lo perdido.

Trieste

Antigua colonia romana, fue más tarde ciudad del Imperio Austro Húngaro. Trieste está a orillas del Mar Adriático y en la frontera con Eslovenia. Fue la ciudad donde a principios del 1900 vivió James Joyce y donde hoy varios italianos disfrutan del sol, la playa y la buena vida, relacionada con la comida y el vino.

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Grado

Dicen que es la madre de Venezia, ya que el patriarca romano que luego desembarcó en tierras venecianas, gobernó primero en Grado (luego de que los bárbaros invadieran la ciudad anterior). Años más tarde, Grado quedó chica y Venezia ofrecía mayor riqueza como territorio, el patriarcado volvió a mudarse, y en esta muy pintoresca ciudad quedaron playas de verano, y antiquísimos edificios romanos. Una visita para no perderse. La antigua Iglesia romana es impresionante además de vieja. La ciudad queda en una isla y está bordeada de mar y de un lindísimo lago lleno de barcos y botes.

Cividale

Fue la ciudad donde Julio César estableció su Forum, tuvo el rango de Municipio y fue uno de los más importantes centros comerciales y militares de la región. Más tarde, fue el primer condado Longobardo en Italia. Y hoy es una interesantísima ciudad para visitar, todavía con aire de aquellos años en sus calles, con sus casas intactas, sus monumentos, edificaciones, ríos y una historia de arqueros y ballesteros, que todavía puede sentirse en las banderas/escudos de las calles y en su celebración anual, Il Palio di San Donato. Cividale del Friuli, encantadora por donde se la mire.

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